Escribir es creer en el propio valor, descubrir las proezas venideras.
Reflexiones

Dualidad

Mandala

La dualidad es intrínseca a nuestras vidas, y a la vez es una ilusión.

Esto que acabo de decir ya es una dualidad.

La dualidad existe siempre –desde que pienso blanco, lo estoy destacando del negro- y la dualidad no existe en realidad, ya que el blanco y el negro forman un todo, por lo cual veo que no podemos escaparnos de ella, por lo menos no mientras escribo esto con mi mente analítica, racional, y por ello dual, porque para analizar debo recortar un concepto de otro. Si me pusiera en estado “no-dual”, en una meditación profunda, donde desaparezco para formar parte del universo en una experiencia de unicidad, de ser uno con el todo, entonces no podría estarles hablando ahora, y visto ese estado de no-dualidad a posteriori, ya lo estoy recordando como una experiencia que me pasó, (dualidad pasado-presente) una figura sobre un fondo (dualidad perceptiva),  aunque en ese momento lo haya sentido como una presencia  total.

La ilusión de  separatividad de nosotros mismos con el todo existe desde que somos humanos y percibimos; al tener conciencia de nuestras percepciones es que nos creemos separados del Todo. Pensemos esta paradoja: Al comer una manzana, veo la manzana fuera de mí, sé que no soy yo; la ingiero y ya comienza a formar parte de mí, y parte de lo que era esa manzana saldrá nuevamente al exterior en forma de energía o deshechos. Mi pregunta es: Mientras es parte mía ¿es manzana o soy yo? ¿Dónde termino yo y empieza la manzana? Y si yo no ingiriera manzana o aire o todos los elementos que necesito para mi subsistencia ¿podría existir? ¿Puedo pensar en mí mismo vacío de todos esos elementos sustanciales –agua, alimentos, oxígeno? ¿O solo puedo existir-en-el-todo?

Los científicos están pudiendo hacer anotaciones matemáticas de estas paradojas que nuestro sentido común difícilmente puede captar. 

En ciertos estados de ampliación de conciencia, nos damos cuenta de que somos parte de ese todo al que percibimos, y ya no nos sentimos separados sino que tenemos esa experiencia de unidad, y sabemos que es esa la Realidad. Al abrirnos a esta amplitud de horizonte lo que percibimos en nuestra vida cotidiana se transforma entonces en juego, un juego muy necesario que tenemos que jugar para mantenernos con vida en este plano, y muy alertas y concientes debemos estar para poder desarrollarnos como personas, pero lo vemos como juego porque nos damos cuenta que todos hemos tenido que ir adaptando nuestras conductas, moderando los impulsos, refrenando los sentimientos, domando las ideas que no concuerdan con nuestra cultura y así nos interrelacionamos en esta mascarada con los personajes aprendidos mientras dejamos dormido a nuestro Ser esencial.

¡Qué complejos somos los seres humanos, pues es justamente nuestra condición de humanidad, de conciencia de sí, que nos separa del universo en que estamos inmersos, y nos hace duales: el sujeto percibiendo al objeto, el Yo percibiendo al Todo, el observador y lo observado. Y a la vez esa toma de conciencia es lo que nos permite acercarnos cada vez más a la realidad (a lo Uno) al abrirnos y observar y observarnos sin miedo, despejando los condicionamientos que hemos ido adquiriendo en nuestro desarrollo a lo largo de nuestra lucha por la subsistencia en pos de reforzar nuestro Ego, de abrirnos paso en el mundo, de poder constituirnos como personas. La tarea siguiente será, en el camino de la evolución, el proceso de individuación, al decir de Jung, por el cual, una vez bien constituido nuestro Ego, poder ir deshaciéndonos paulatinamente de estos disfraces autoimpuestos para comenzar a elegir más libremente, integrando cada vez más los polos opuestos duales: la luz con la sombra, los deseos con los deberes, los miedos dando paso al amor.

Las personas que inician un  camino de autoconocimiento,  ya sea por un maestro espiritual o por las vías alternativas que se van multiplicando en este acercamiento de los hemisferios planetarios en ebullición conocen esta tarea de des-dualizar. Desde el místico el trabajo de evolución del hombre consiste en desarrollarse desde la inconciencia oceánica de indiferenciación primigenia a la conciencia oceánica espiritual de no dualidad o unión con el Todo.

Al decir de Alan Watts la psicoterapia efectiva da lugar a un estado en que la vida puede tomarse con mayor ligereza a  la vez que con mayor profundidad, ya que los opuestos no son vistos como enemigos entre sí sino como expresiones de una polaridad con una esencia en común y el Amor va reemplazando el temor y el odio.

El camino del medio, desde la Psicología Transpersonal, invita a las personas a ir equilibrando las tensiones, sin negarlas, sino viéndolas de frente como partes de un todo, como el yin y el yang, para acercarse a la plenitud, a la alegría de vivir, al sentido profundo de nuestra existencia.

Lic. Silvia Munton
Febrero 2013
 

 

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