Escribir es gritarle pica al miedo en el juego de las escondidas.
Poesía

 

TRIPTICO DE INSOMNIO

I

Esta noche, amigo mío

Habrá eclipse de luna llena:

Es la sombra de mi amor,

Se interpone en tu mirar al sol.

Inocente en tu andar

Te ha atrapado aquel viejo zorro,

Ladino y subrepticio

Se ha metido en los intersticios

Hiriendo con su veneno amargo

Las venas resecas que claman su dolor.

 

No puede quedarse quieto

Ese vampiro sediento y voraz,

Desfallece en su soledad,

Saciar su hambre, languidece.

 

Y eso que se creía entero

Redondito cual luna llena

Con solo un pinchazo desinflar

El vano disfraz de globo hinchado.

 

Calma sed, vete ya,

deja de golpear a mi puerta cerrada.

El viento aúlla, la noche calla

La estrella brilla, fugaz en su morada.

 

¿Cuándo terminará este calvario, suplicio?

Pues ha de tener fin:

Que no sea con tu vida.

Hazte a un lado deseo

Déjame en paz

Deja que florezcan las flores de invierno

Delicadas y ostentosas sobre la nieve blanca

Deja su perfume y vuélvete a casa.

 

Garra ardiente con guantes de seda

Rosa silvestre rodeada de espinas

Espasmos intestinos

Encogimiento fruncido

Trémulas arrugas achicharran los labios

Densas nubes obnubilan el pensar.

Vete dolor, déjame en paz

Que mil años muera cual bella durmiente

Esperando el beso del hechizo desarmado.

Clávame ya ese cuchillo fatal

Que termine la agonía

Y el juicio final

Que aniquile la culpa

Y con sangre derramada

Inscriba en la tumba

Su ansia gobernada.

II

Pero viéndote bien elusivo fantasma

Eres solo un espejismo en el desierto

Apenas intento atraparte

desapareces en mi mano vacía

Solo para burlarte de nuevo

En la próxima pompa de jabón.

Lo aplastaré una y mil veces

Hasta que en líquido caiga al suelo

Y allí lo absorberé con paño húmedo

Y lo secaré con viento gélido.

 

No vuelvas a llover que no hay más humedad

De donde evaporarte

De donde condensarte

Ya no llueve más en esta ciudad

 

III

Y cual gusano de seda

Vuelvo a mi capullo

Para volver a renacer

Una y otra vez

 

¿Qué vida me espera?

¿Qué multicolores?

¿Qué flores silvestres

Han de compensar?

 

Que pueda proveer

De abrigo y cariño,

A una nueva camada

de brotes turgentes

 

El mío es un amor primario, arcaico

Anterior a los hijos

Fundado en la tierna infancia

O antes en el cielo

Reencontrado aquí en la tierra

Apenas aterrizada

En la semilla de adolescencia

 

Creció y creció la planta

Y fue cosechada por distintos dueños

Pero siempre guarda la fragancia

De aquel primer amor de infancia

 

Nadie podrá igualarla

Nadie podrá superarla

Aunque la fruta madura

Cae por su propio peso.

 

Pos-data:

 

Y así pronto la calma llega

Entra el aire y se distiende

Con su ritmo acompasado

Ya podremos ser amigos

Sin espasmos ni temblores

Andar los rieles lado a lado

En este tren que la vida lleva

Cada cual a su destino

Que es el tuyo y es el mío

Y allí pronto nos reuniremos.

 

Sonríe el cielo después de la tormenta

Los rayos eléctricos su clamor han enterrado

Y anda en paz este globo terráqueo

En su órbita ladeada por el firmamento.

 

Silvia Munton

Noviembre 2014

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